«Por sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo«.

La escritora y periodista Bielorrusa Svetlana Aleksándrovna Aleksiévich ganó este jueves el Premio Nobel de Literatura 2015, anunció la Academia Sueca.

Alexievich se ha destacado especialmente en el campo del periodismo (es la primera periodista que gana el Premio Nobel de Literatura), siendo las entrevistas a los personajes principales de la era soviética y postsoviética sus trabajos más relevantes.
Sus obras más conocidas son «Voces de Chernóbil», un relato de las personas que estuvieron en el desastre nuclear en la planta de Chernóbil el 26 de abril de 1986, y «Boys in Zink», una colección de relatos sobre la guerra entre la Unión Soviética y Afganistán.

A su vez, nuestro lector Jaime Penela destaca en Facebook que «en 1993 publicó Zacharovannye Smertiu (‘Cautivados por la muerte’) sobre los suicidios de quienes no habían podido sobrevivir al fin de la idea socialista».
Alexievich, de 67 años, es una escritora política que es bastante crítica del gobierno de su país.
De este modo se convierte en la decimocuarta mujer en recibir el prestigioso premio.

Sara Danius, la vocera de la Academia Sueca que anunció el premio a las 11:00 GMT, añadió: «Ha sido más de medio siglo desde la última vez que un escritor de no ficción gana el Nobel y Alexievich es la primera periodista en ganar el premio».
El conjunto de los testimonios
La escritora nació en la ciudad ucraniana de Ivano-Frankivsk en 1948. Su padre era bielorruso y su madre, ucraniana.
La familia se mudó a Bielorrusia debido al trabajo de su padre como militar. Allí, ella se apuntó para estudiar periodismo en la Universidad de Minsk, donde cursó desde 1967 hasta 1972.
Después de graduarse, trabajó durante varios años como periodista antes de publicar su primer libro en 1985: «War’s Unwomanly Face».
Basado en las entrevistas a cientos de mujeres que participaron en la Segunda Guerra Mundial, se trató de un trabajo que establecería su estilo como escritora y reportera, construyendo narraciones de los testigos de los eventos trágicos de la historia.

En su sitio de internet, Alexievich describe cuál su propósito con el periodismo: «He escogido un género donde las voces humanas hablan por sí mismas».
Alexievich había ganado los premios PEN de Suecia y el prestigioso Ryszard Kapuściński de Polonia donde destacaron su «dignidad y coraje como escritora».
Como dato curioso, en esta versión del premio la periodista era considerada la favorita de las casas de apuestas británicas, junto al escritor japonés Haruki Murakami y el novelista keniano Ngugi Wa Thiong’o.

BIOGRAFÍA

Hija de dos maestros, él bielorruso y ella ucraniana, Alieksiyévich nació en el pueblo de Stanislav –hoy Ivano-Frankivsk– en Ucrania, pero se crio en Bielorrusia. Estudió periodismo en la Universidad de Minsk desde 1967 y al graduarse marchó a la ciudad de Biaroza, en el óblast o provincia de Brest, para trabajar en el periódico y en la escuela locales. Durante ese tiempo se debatió entre la tradición familiar de trabajar en la enseñanza y el periodismo. Luego trabajó como reportera en la prensa local de Narowla, en el óblast o provincia de Gómel. Desde sus días de escuela había escrito ya poesía y artículos para la prensa escolar. También fue periodista de la revista literaria Neman de Minsk, para la que escribió ensayos, cuentos y reportajes. El escritor bielorruso Alés Adamóvich la inclinó definitivamente a la literatura apoyando un nuevo género de escritura que denominó «novela colectiva», «novela-oratorio», «novela-evidencia», «gente bailando con lobos» y «coro épico», entre otras fórmulas. En efecto, en sus textos a medio camino entre la literatura y el periodismo usa la técnica del collage yuxtaponiendo testimonios individuales, con lo que consigue acercarse más a la sustancia humana de los acontecimientos. Este estilo lo usó por primera vez en su libro La guerra no tiene rostro femenino (1983), en la que, a partir de una serie de entrevistas, aborda el tema de las mujeres rusas que participaron en la II Guerra Mundial. El estreno de la adaptación teatral de esta obra en Moscú, en 1985, supuso un gran impulso en la Glásnost o apertura del régimen soviético iniciada por su dirigente Mijaíl Gorbachov.
En Tsinkovye Málchiki (Los chicos de cinc), 1989, compila un mosaico de testimonios de madres de soldados rusos que participaron en la Guerra de Afganistán; en Zacharovannye Smertiu (Cautivados por la muerte), 1993, ofrece la visión de aquellos que no pudieron sobrevivir a la idea de la caída del régimen soviético y se suicidaron. Voces de Chernóbil (1997), uno de los pocos libros suyos traducidos al castellano (2006), expone el heroísmo y sufrimiento de quienes se sacrificaron en la catástrofe nuclear de Chernóbil. En su última obra, El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo, publicado a la vez en alemán y en ruso en 2014, procura hacer un retrato generacional de todos los que vivieron la dramática caída del utópico estado comunista soviético.
Su obra es en suma una crónica personal de la historia de los hombres y mujeres soviéticos y postsoviéticos, a los que entrevistó para sus narraciones durante los momentos más dramáticos de la historia de su país, como por ejemplo la II Guerra Mundial, la Guerra de Afganistán, la caída de la Unión Soviética y el accidente de Chernóbil. Abandonó Bielorrusia en el año 2000 y estuvo viviendo en París, Gotenburgo y Berlín. En 2011 Aleksiévich volvió a Minsk.
Varios libros suyos han sido publicados en Europa, Estados Unidos, China, Vietnam e India. Desde 1996 ha recibido numerosos premios internacionales, como el polaco Ryszard-Kapuściński en 1996, el Premio Herder en 1999 y el Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán (2013) entre otros.
En 2015 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura por ‘su obra polifónica’ que, de acuerdo con el jurado, es ‘un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo’.
En español se ha publicado Voces de Chernóbil, libro escrito en 1997.5 6 Recibió el Premio del Círculo de Críticos de Estados Unidos.

OBRAS

  • La guerra no tiene rostro de mujer, 1983.
  • La guerra no tiene rostro de mujer, adaptación teatral estrenada en el teatro de la Taganka (Moscú) en 1985.
  • Tsinkovye Málchiki («Los chicos de cinc»), 1989.
  • Zacharovannye Smertiu («Cautivados por la muerte»), 1993
  • Voces de Chernóbil (1997), traducido al castellano en 2006 (Siglo XXI) y reimpreso en 2014 (Penguin Random House).
  • El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo (2014), publicado en alemán y en ruso.

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