Entre octubre y noviembre, unos 14.000 estudiantes de esos grados harán las pruebas Terce.

Estas pruebas, cuya sigla significa Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo, es organizada y administrada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (Llece) y coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

«Estas pruebas están basadas en los currículos de los países de la región y medimos el logro de aprendizaje con respecto a Ellos», dijo Moritz Bilagher, coordinador del Llece.

Colombia, afirmó el experto, que vino al país a participar en el congreso UNO internacional, de editorial Santillana, ya había participado en 1997 en Perce (Primer Estudio Regional Comparativo y Explicativo) y en el 2006 en Serce (Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo).

Este año, el país participa con otros 14 en esta prueba internacional con niños y jóvenes de 200 colegios oficiales y privados, urbanos y rurales, de calendarios A y B, según precisó el Icfes.

Los estudiantes de tercero presentarán pruebas de lectura, escritura y matemáticas, y los estudiantes de sexto lo harán en estas áreas y en ciencias naturales. Además, se aplicarán cuestionarios para analizar los factores asociados a los resultados de los estudiantes que no solo responderán ellos sino padres de familia, docentes y rectores.

«Queremos mirar, por ejemplo, el impacto del uso de computadores en el logro de aprendizaje, el estilo de enseñanza (participativo o directivo), la inversión en educación y la remuneración de los docentes. Algo novedoso: mediremos el impacto de la nutrición en el nivel de aprendizaje de los alumnos», dijo Bilagher.
Según el experto, se sabe, por experiencias en África, que la malnutrición en la primera infancia impide el adecuado desarrollo del cerebro, un daño difícil de reparar en el tiempo.

«Si logramos descubrir que la nutrición sí tiene un fuerte impacto, podríamos recomendarles a los gobiernos que tengan programas de alimentación escolar», añadió.

Lo que hasta ahora se ha comprobado es que el tamaño del aula no parece tener mayor impacto en los resultados de los niños y que el clima escolar, particularmente la disciplina y organización del aula, sí incide en el nivel de aprendizaje. También impacta de forma positiva en el logro de los estudiantes la confianza que los profesores tengan en la integridad y liderazgo del rector del plantel educativo, así como el capital cultural de los padres (su formación educativa, gusto por la lectura…).

«En Perce y Serce hemos visto que los niveles de aprendizaje de los niños de la región son muy bajos con respecto a las metas trazadas por los mismos países», explicó. Colombia, particularmente, mostró resultados similares a los de Brasil y Argentina, pero muy por debajo de México, Cuba, Uruguay, Costa Rica y Chile.

«Lo que nos preocupa de Colombia es la desigualdad de género. Los niños tienen mayores puntajes en matemáticas y en ciencias y las niñas en lenguaje y ciudadanía. Sin embargo, en otras pruebas internacionales las niñas colombianas, en general, tienen peores resultados de lo que se esperaría en el promedio regional y esto hay que analizarlo. Podría haber elementos discriminatorios en su educación», puntualizó Bilagher.

Estas pruebas no solo miden los saberes aprendidos sino el uso y aplicación que los estudiantes les dan a sus saberes en un contexto real.

ElTiempo

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