Según un estudio de la Universidad Manuela Beltrán realizado en Bogotá con jóvenes entre los 13 y los 19 años.

Un examen de paternidad cuesta entre $ 450 mil y $600 mil. / ArchivoUn examen de paternidad cuesta entre $ 450 mil y $600 mil.

Tras el análisis de 2.146 pruebas de paternidad de adolescentes en Bogotá, en el 30% de los casos el padre no resultó ser quien se creía. Una señal fehaciente de la promiscuidad entre los jóvenes de la capital, según expertos del Laboratorio de Identificación Humana (LIH) de la Universidad Manuela Beltrán, que vienen realizando este estudio desde 2010. Para el análisis se tuvo en cuenta una población entre los 13 y los 19 años.

Cielo Pineda, directora del LIH, asegura que la promiscuidad es más común en las adolescentes, quienes además prefieren involucrarse con hombres mayores de edad.

Estos resultados podrían complementarse con la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2010, en la que se asegura que el 13% de las menores de 20 años en Colombia tiene su primera relación sexual antes de cumplir los 15 años.

Las pruebas del estudio, según la especialista, no son hechas por voluntad de los jóvenes sino por sus padres, sobre quienes recae gran parte de la responsabilidad del bebé. “Muchas de las embarazadas no se harían el examen, porque dicen estar muy seguras de quién es el padre”, asegura Pineda.

Pese a que a principios de este año se expidió el documento Conpes Nº 147, con el propósito de bridar lineamientos para la prevención de embarazos en la población joven, este estudio revela que todavía el país no ha podido implementar unas estrategias de educación sexual exitosas.

“El problema es que la mayoría de estas políticas sólo se centran en la parte biológica, es decir, en cómo usar métodos anticonceptivos y en información sobre enfermedades de transmisión sexual, pero olvidan que deben girar en torno a los valores y al ejemplo familiar”, afirma el psicólogo Paulo Daniel Acero, participante de la investigación.

Para ambos especialistas uno de los principales factores que han influido en las altas tasas de embarazo son los estímulos de los medios de comunicación, en los que se debería promover un plan educativo para adolescentes más efectivo.

“Es que el embarazo no puede ser tomado alegremente como proyecto de vida en chicos que aún no tienen claro hacia dónde dirigirla”, concluye Acero.

ElEspectador

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