Infertilidad masculina
Un hombre es considerado infértil o subfértil si produce menos de cinco millones de espermatozoides por milímetro.

Cultivar espermatozoides en el laboratorio había resultado una tarea imposible para los biólogos durante casi un siglo. Por fin esta semana un grupo de investigadores japoneses anunció el desarrollo de un método para producir las células masculinas en condiciones de laboratorio.

Aunque el método se aplicó en ratones, se trata de un descubrimiento que inaugura una nueva era para los tratamientos de fertilidad masculina. Mary Ann Handel, experta en genética reproductiva del Jackson Laboratory en Bar Harbor (Estados Unidos), aseveró que “este reporte es excitante porque representa el cumplimiento de una meta perseguida por los biólogos durante muchos años”.

Mediante pruebas de ensayo y error, Takehiko Ogawa, líder de la investigación, y sus colegas de la Yokohama City University lograron triunfar donde muchos otros habían fracasado. Hasta ahora, el punto crítico para producir espermatozoides, uno de los procesos biológicos más complejos, era el momento de la división celular conocido como meiosis. Por razones que nadie lograba explicar, las células en formación morían en este punto.

Los japoneses descubrieron que usando porciones de tejido testicular en vez de células individuales, y cultivándolas en el mismo suero que se requiere para manipular células madre, se lograba completar el desarrollo de los espermatozoides. Después de varias semanas, los científicos hallaron con sorpresa en el microscopio que las diminutas células con cola comenzaban a moverse.

Ali Honaramooz, biólogo experto en reproducción de la Universidad de Saskatchewan en Canadá, comentó que serán muchos los beneficiados una vez la técnica sea aplicada en humanos y se obtenga el mismo éxito. Por ejemplo, jóvenes que son sometidos a tratamientos contra el cáncer y quedan estériles.

Otros científicos, como Allan Pacey, profesor de Andrología de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, creen que se debe tomar con cautela el hallazgo porque hace falta mucho trabajo antes de aplicarse en humanos.

ElEspectador

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